EI NEWS #7

¿Todas las empresas pueden ser ágiles?

#DATOS

Beneficios de los marcos ágiles en comparación con los «tradicionales»:

+ 90% compromiso de los colaboradores.

+20% satisfacción de los clientes.

+ 20% retorno de la inversión digital.

100% a 200% de aceleración en la entrega de nuevos productos y servicios.

+ 11% a 39% tasa de éxito de proyectos en software.

#DATOS

Beneficios de los marcos ágiles en comparación con los «tradicionales»:


+ 90% compromiso de los colaboradores.

+ 20% satisfacción de los clientes.

+ 20% retorno de la inversión digital.

100% a 200% aceleración en la entrega de nuevos productos y servicios.

+ 11% a 39% tasa de éxito de proyectos de software.

promedio de proyectos de desarrollo de software.

Fuente:  Agile at Scale report de BCG

«La agilidad en la estrategia, la
cultura y la organización del trabajo
de las empresas»

#voces

¿Todas las empresas pueden ser ágiles? Sí. Aunque podríamos pensar que la agilidad es solo para las áreas y los departamentos que trabajan con tecnologías de información (TI), más del 90% de los equipos y desafíos que acompaño en su evolución hacia la agilidad no pertenecen a este campo.

En su mayoría, son retos de innovación, relacionados con la creación de nuevos negocios (o modelos de negocio), de crecimiento, o vinculados con necesidades específicas de talento, comerciales o de marketing, por ejemplo. En términos generales, el principal propósito es que la organización pueda evolucionar, adaptarse proactivamente a la nueva normalidad y ser protagonista en su mercado o, incluso, crear uno nuevo.

Como vemos, se trata de desafíos que pertenecen al ámbito de lo complejo. Al no contar con un camino trazado previamente, para abordarlos se requiere un enfoque multifuncional y concurrente.

Desde esta perspectiva, para poder generar un impacto en la empresa (cualquiera sea el mercado en el que está inserta o quiera estarlo), la agilidad debe incidir en tres dimensiones: estrategia, cultura y organización del trabajo (enfoque ECO).

En términos de organización del trabajo, se suele hablar de células/squads/equipos Scrum. Típicamente, se trata de equipos multifuncionales que abordan desafíos complejos sin un camino claro y, por lo tanto, utilizan un enfoque adaptativo. Aquí radica uno de los mitos que restringe la adopción de agilidad en todas las empresas: pensar que ser ágil es adoptar una “metodología”. Esto no es así, puede ser un paso, pero nunca es un fin en sí mismo.

La verdadera agilidad se visualiza (y se vivencia) cuando impacta en las otras dos dimensiones: cultura y estrategia.

En relación con la cultura, ¿pensamos nuestro trabajo desde el punto de vista del cliente?, ¿entregamos en ciclos cortos?, ¿inspeccionamos nuestro trabajo e incentivamos que haya un feedback que nos permita adaptar, mejorar y, sobre todo, aprender? Esto requiere una evolución de los líderes: atravesar la puerta del cambio y luego invitar a otros a hacerlo.

En cuanto a la estrategia, asumir a la agilidad como la aplicación de un marco de trabajo (Scrum o cualquier otro) la ha alejado de los centros de decisión de las organizaciones. Sin embargo, en estos años me sorprendió ver cómo algunos CEO o miembros del comité ejecutivo (C-Level) captan rápidamente el espíritu de la agilidad y son capaces de aprovecharla para generar impacto en los ciclos acelerados que requieren sus contextos.

En síntesis, la auténtica agilidad resulta un medio apropiado para estos tiempos “ansiosos”. Puede aplicarse en empresas de todos los tamaños y rubros, pero importa especialmente tener en cuenta que su integración no implica limitarse a generar células. Abordarla desde este enfoque más general permite evolucionar la cultura de una organización para que se convierta en un factor facilitador de la estrategia. En este camino, las áreas de Capital Humano pueden ser protagonistas.

«La agilidad, una aliada para las
organizaciones en escenarios complejos
y en permanente transformación»

#voces

Marcelo Granieri, Agile Lead en Banco Hipotecario.

La agilidad llegó a las organizaciones para ayudarnos a transitar la complejidad y la incertidumbre que caracterizan a la mayoría de los negocios y los proyectos que desarrollamos hoy en día. Cuando nos abrazamos a los principios y los valores de este nuevo marco de trabajo, ganamos flexibilidad y adaptabilidad para transitar realidades complejas, que nos “pegan” en lo cotidiano. Me refiero, por ejemplo, a cambios imprevistos en las fechas de entrega o a la necesidad de redefinir los alcances de un proyecto porque los clientes y los mercados expresan nuevos requerimientos. Para responder a estos cambios, contamos con marcos flexibles como Scrum, XP o LEAN, que nos permiten adaptarnos a estas realidades y atravesar su complejidad con mayor soltura. Destaco que se trata de marcos y no de metodologías, como se suele decir.

Antes, cuando trabajábamos solo con marcos “tradicionales”, la tarea consistía principalmente en diseñar un proyecto por fases o sustentado en hitos a alcanzar, que teníamos que desarrollar detalladamente para luego probarlos e implementarlos en el mercado. Ahora bien, cuando llegábamos a esta última etapa, muchas veces ya era tarde, las expectativas de los clientes habían cambiado (quienes trabajamos en tecnología sabemos bien qué son los “proyectos apagados”). Esto sucedía porque no contábamos con un marco adaptativo para “acomodarnos” ante la nueva situación y poder responder a los nuevos requerimientos de los clientes o del mercado. Los marcos ágiles nos brindan la posibilidad de evitar este tipo de resultados, entre otros beneficios.

¿Cuáles son los principales aportes de los marcos ágiles? Me interesa destacar tres aspectos que considero fundamentales. El primero refiere a lo dicho al inicio, ante un proyecto de mucha complejidad y/o que genera constante incertidumbre, la “agilidad” ayuda a priorizar aquello que es importante para nuestros clientes, para el mercado, inclusive, para la organización. Su implementación contribuirá a que podamos enfocarnos en acciones que generen valor y a obtener rápidamente el feedback de los clientes y del mercado. Así, podremos saber si vamos por buen camino y cómo seguir transitándolo. Además, la agilidad nos permitirá detectar tempranamente aquello que no vamos a poder hacer (el famoso “fuera de alcance”). En otros términos, los marcos ágiles son muy efectivos para “eliminar la grasa” y concentrarnos específicamente en aquello que va a generar valor.

El segundo aspecto que deseo destacar está relacionado con los roles y las tareas que desempeñan los colaboradores que forman parte del proyecto. Los marcos tradicionales, en general, determinan que una persona es la encargada de definir aquello que se va a producir, otra de interpretarlo y otra de implementarlo. Un marco ágil, en cambio, implica la conformación de un equipo multidisciplinario, que trabaja estas definiciones de manera conjunta. Si bien se contemplan distintos roles, la idea se genera en equipo, surge de la sinergia que provoca el intercambio de un grupo de personas que buscan la mejor solución. Destaco que se trata de un aspecto fundamental porque nuestra actividad nos impone la necesidad de construir soluciones o productos digitales nuevos, en escenarios de gran incertidumbre y en permanente transformación. No contamos con “recetas” y es posible que mucho de lo que ya hicimos no aplique ante las nuevas realidades.

En tercer lugar, la aplicación de los marcos ágiles está orientada a aumentar la satisfacción de nuestros clientes y a lograr que cada vez sean más. Ello nos impulsa a implementar un proceso dual de delivery continuo y de exploración de nuevos productos y servicios, que tiene como meta la incorporación de nuevas funcionalidades y el desarrollo de experiencias novedosas para los clientes. A su vez, ellos van a expresar nuevas demandas que, por supuesto, tendremos que atender de manera ágil. Si aplicamos esta forma de trabajo, podremos experimentar junto a nuestros clientes, probar las soluciones con ellos y, en definitiva, co-construirlas. En suma, al incorporarlos en el proceso vamos a comprobar rápidamente si aquello que desarrollamos es usable y admirable, si “enamora” a nuestros clientes. Si alcanzamos esta meta, ellos dejarán de ser meros usuarios y se convertirán en promotores de nuestros productos y/o servicios.

¿Qué necesitamos tener en cuenta para poder aprovechar los beneficios de los marcos ágiles? Por un lado, es importante considerar que su aplicación lleva más de 20 años, tanto a nivel nacional como internacional. Este acervo de experiencias nos indica que la agilidad implica un cambio cultural muy significativo. Requiere un cambio de mindset y la implementación de mindflex, que es la mentalidad de flexibilidad y adaptabilidad exacerbada. Para avanzar en esta dirección, necesitamos asegurarnos de que la agilidad esté presente en todas las etapas de los proyectos, en los procesos, en el delivery, etc. Ello redundará, como ya señalé, en el desarrollo de productos que contemplen un feedback rápido y en un mejor aprovechamiento de la información que genera.

En relación con lo anterior, necesitamos tener en cuenta que la aplicación de estos marcos está sustentada en la producción y la sistematización de datos que permitan visualizar el impacto de nuestras soluciones o productos y/o que expliquen, por ejemplo, por qué un determinado grupo de clientes no los eligen. Estos datos nos ayudan a evaluar cómo funciona nuestro funnel de venta y comprobar si el prototipo que diseñamos cumple con las expectativas previstas o si es necesario pivotear. Este cambio de rumbo es una ventaja propia de los procesos flexibles y, por lo tanto, no debemos considerarlo como un retroceso. Asumir esta visión contribuirá a darles más valor a los resultados de nuestros proyectos y a aprovechar al máximo la información que surge de cada uno.

Por último, me importa remarcar que todas las empresas pueden integrar a la “agilidad” en sus procesos, operaciones, negocios y estructuras, en su día a día, y que ello no implica dejar atrás todos los aprendizajes y las prácticas anteriores, sino evaluarlos, mantener algunos de los que han dado buenos resultados y potenciarlos mediante el uso de marcos ágiles. En otras palabras, mi propuesta es que las organizaciones asuman el desafío de ser bimodales o “ambidiestras”, que puedan combinar los beneficios de los marcos tradicionales y los de los ágiles para lograr una sinergia entre ambos y trabajar de manera mancomunada para alcanzar los objetivos corporativos. Este tipo de acciones constituyen, también, un buen ejemplo de agilidad, flexibilidad y adaptabilidad.

#QUIZ

Tu organización:

¿Valora más la adaptabilidad al cambio que la rigidez en sus procesos y estructuras?
¿Fomenta el trabajo en equipo entre los distintos departamentos o áreas?
¿Impulsa la autonomía y la responsabilidad de los equipos y les permite tomar decisiones y adaptarse a los cambios sin tener que contar con la aprobación constante de los líderes?
¿Es capaz de aprender de sus errores y utiliza el feedback para mejorar sus procesos y productos?
¿Prioriza la entrega de valor al cliente antes que el cumplimiento estricto de plazos y presupuestos?

Mayoría de respuestas positivas: Tu organización posee una cultura ágil y sólida, que se centra en la colaboración, la transparencia, la adaptabilidad y la entrega de valor al cliente. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la cultura ágil no es fija y que siempre hay margen para el progreso. Por lo tanto, es posible seguir explorando nuevas prácticas y enfoques que permitan continuar mejorando y evolucionando como organización.

Mayoría de respuestas negativas: Es posible que tu organización no cuente con una cultura ágil bien desarrollada o que no haya empezado a adoptar este enfoque de trabajo. Su aplicación no se realiza “de la noche a la mañana”, sino que requiere un proceso de transformación organizacional que puede ser complejo y llevar tiempo. Si tu organización está interesada en adoptar este marco, se recomienda comenzar con pequeñas mejoras en los procesos y en la cultura empresarial, y avanzar gradualmente hacia una cultura más ágil.

#QUIZ

Tu organización:

¿Valora más la adaptabilidad al cambio que la rigidez en sus procesos y estructuras?
¿Fomenta el trabajo en equipo entre los distintos departamentos o áreas?
¿Impulsa la autonomía y la responsabilidad de los equipos y les permite tomar decisiones y adaptarse a los cambios sin tener que contar con la aprobación constante de los líderes?
¿Es capaz de aprender de sus errores y utiliza el feedback para mejorar sus procesos y productos?
¿Prioriza la entrega de valor al cliente antes que el cumplimiento estricto de plazos y presupuestos?

Mayoría de respuestas positivas: Tu organización posee una cultura ágil y sólida, que se centra en la colaboración, la transparencia, la adaptabilidad y la entrega de valor al cliente. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la cultura ágil no es fija y que siempre hay margen para el progreso. Por lo tanto, es posible seguir explorando nuevas prácticas y enfoques que permitan continuar mejorando y evolucionando como organización.

Mayoría de respuestas negativas: Es posible que tu organización no cuente con una cultura ágil bien desarrollada o que no haya empezado a adoptar este enfoque de trabajo. Su aplicación no se realiza “de la noche a la mañana”, sino que requiere un proceso de transformación organizacional que puede ser complejo y llevar tiempo. Si tu organización está interesada en adoptar este marco, se recomienda comenzar con pequeñas mejoras en los procesos y en la cultura empresarial, y avanzar gradualmente hacia una cultura más ágil.

Verónica Perosi, Directora de Experiencias Formativas de la Escuela de Innovación.

Desde la Escuela de Innovación, nos proponemos potenciar multiplicidad de recorridos temáticos y diversidad de experiencias de aprendizaje. En este encuadre de trabajo, que nos inspira a innovar, proponemos las Academias. Se trata de recorridos de especialización, diseñados especialmente para las empresas y sus colaboradores, en torno a temas complejos, como datos, inteligencia artificial, agilidad y cambio cultural, entre otros.

Nuestras propuestas, a partir de un abordaje sistemático, combinan cursos, workshops y mentorías en secuencias específicas a lo largo de un año. Desde la Escuela de Innovación del ITBA, te vamos a acompañar durante todo el proceso. Seleccioná el área de tu interés y especializate.

Propuestas especiales: Academia y Open Company – ITBA Escuela de Innovación

#ESCRIBINOS

¿Cuáles son las primeras acciones que podrían realizar
las organizaciones para avanzar hacia una cultura ágil?

Te invitamos a compartir tus aportes y ser parte de la conversación en nuestras redes sociales.

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¿Qué temas te gustaría que aborden las próximas ediciones del EI news?
Tus propuestas son valoradas.
escuelainnovacion@itba.edu.ar

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